Climatización | Gestión térmica

La calefacción y el aire acondicionado en los coches híbridos son parcialmente alimentados por energía de la batería. Cuanto más se utilicen, mayor será el consumo de energía y menor será el alcance eléctrico.

Los sistemas de calefacción de los coches convencionales con motor de combustión interna aprovechan el calor residual del motor para calentar el habitáculo del vehículo. Sin embargo, debido a su alta eficiencia, los motores eléctricos apenas generan calor residual que pueda ser aprovechado por un sistema de calefacción. Con el aumento de la electrificación en los coches híbridos, tanto la energía disponible del combustible para enfriar como el calor residual del motor de combustión disminuyen. Por lo tanto, en los coches híbridos se suelen utilizar medidas complementarias para calentar o enfriar adecuadamente el habitáculo.

Se pueden utilizar sistemas de calefacción adicionales como calentadores eléctricos o sistemas de bomba de calor. La energía necesaria se extrae completamente de la batería, pero esto reduce el alcance eléctrico.

Los calentadores eléctricos integrados en el sistema de ventilación son una forma simple, efectiva pero también muy energética de calefacción. Por lo tanto, cada vez se utilizan más bombas de calor energéticamente eficientes, que no solo calientan, sino que también se pueden utilizar como aire acondicionado para enfriar en verano.

Los asientos y los parabrisas calefactados llevan el calor directamente a las áreas que se desean calentar, reduciendo así también la demanda de calefacción para el habitáculo.

El circuito de refrigerante, que realiza la función de enfriamiento del habitáculo del coche y de la batería, está diseñado de manera similar en los vehículos híbridos enchufables que en los completamente eléctricos. Los coches híbridos completos, con o sin función híbrida enchufable, disponen de un compresor eléctrico que impulsa el ciclo de refrigeración. Este compresor eléctrico está disponible tanto en modo de propulsión eléctrica como en modo de propulsión de motor de combustión. Dado que la energía de accionamiento necesaria del compresor, en las fases en las que el motor no está en funcionamiento, proviene de la energía recuperada almacenada en la batería, se puede ahorrar combustible.